Segóbriga (Saelices, Cuenca) | EFE 14/10/2008
Las excavaciones llevadas a cabo en la ciudad romana de Segóbriga (Cuenca) han permitido determinar que su circo nunca llegó a acabarse y que este edificio se levantó sobre una necrópolis de incineración, que tenía estelas en el lugar donde fueron colocadas como ocurre con las necrópolis de Pompeya y Ostia.
La directora del Parque Arqueológico de Segóbriga, Charo Cebrián, ha explicado hoy que con la campaña de excavaciones de 2008 se han dado por finalizados los trabajos arqueológicos en la zona del circo, desarrollados también en las tres campañas anteriores, que han posibilitado saber ‘que el circo nunca se llegó a terminar’.
Según Cebrián, ‘a mediados del siglo II después de Cristo la ciudad decide construir este gran edificio para espectáculos ecuestres, que finalmente no se terminó por alguna razón que de momento se desconoce’. Los trabajos han determinado que el edificio tenía una anchura de 83 metros y entre 300 y 400 metros de longitud, si seguía las pautas del resto de circos romanos conocidos en España, porque no se puede determinar con exactitud, ha añadido.
También se ha excavado la estructura de sillería de la tribuna meridional del circo, porque del resto sólo se ha conservado la cimentación, ha señalado la directora del Parque Arqueológico. En cualquier caso, Cebrián ha destacado que ‘ahora sabemos que Segóbriga tuvo teatro, anfiteatro y circo y se coloca en la misma línea de importancia de las capitales provinciales en época romana’.
Además, gracias a las excavaciones del circo se ha sabido que el edificio se levantó sobre una antigua necrópolis de incineración, cuya existencia se desconocía. ‘Cuando la ciudad decide construir el circo arrasa con el área cementerial’, ha señalado Cebrián, quien ha añadido que ‘no deja de ser extraño que la propia ciudad decida hacer una expropiación de un área cementerial y dejar enterradas las sepulturas bajo un edificio para espectáculos’.
Esta circunstancia ha hecho posible que se hayan hallado estelas funerarias ‘hincadas en el mismo lugar en el que las colocaron en el siglo I después de Cristo, y eso no deja de ser excepcional’, ha destacado Cebrián. Nunca se habían hecho este tipo de hallazgos en el resto de yacimientos arqueológicos romanos de España, según Cebrián, que ha indicado que los ejemplos más cercanos están en las necrópolis de Pompeya y en Ostia, en Italia.
En total se han excavado 63 tumbas, en las que se ha conservado el lugar en el que fueron incinerados los cadáveres y en el que los familiares de los difuntos arrojaron objetos de vidrio y metal y estelas enteras de las personas que fueron allí enterradas.