Juan Soriano | Mérida www.hoy.es 17/05/2013
El Congreso Internacional de Arqueología Clásica pone sobre la mesa las últimas novedades de la investigación en Mérida y en Extremadura. La conducción hallada en Las Abadías era una vía de suministro independiente.
En el año 2004 una excavación en un solar de Las Abadías permitió descubrir los restos de una conducción romana de agua en un gran estado de conservación. En un primer momento se identificó como un ramal del acueducto que arrancaba en Proserpina y que en su tramo final se conserva con el nombre de Los Milagros, pero la investigación llevada a cabo por la arqueóloga Guadalupe Méndez permite concluir que se trataba de una instalación independiente, la cuarta que daba servicio a la colonia romana junto con la citada y las de Rabo de Buey-San Lázaro y Cornalvo, las tres conocidas hasta la fecha.
Esta investigación se ha presentado esta semana en el Congreso Internacional de Arqueología Clásica (CIAC), que concluirá hoy, y que ha servido tanto para tener contacto con los grandes especialistas como para dar a conocer los avances de los últimos años en Mérida y en Extremadura.
Es el caso del acueducto de Las Abadías. Guadalupe Méndez señala que descartó que se tratase de un ramal de la conducción de Proserpina porque en el mismo solar apareció un tramo de esta instalación, así que solo tenía sentido que se tratase de una canalización distinta. Según su investigación, partía del arroyo del Sapo, a unos dos kilómetros en dirección a Proserpina, y continuaba su trayecto atravesando lo que en la actualidad es la Autovía de Extremadura y la carretera de Montijo, pasaba junto a los campos de la Federación, llegaba a la zona de Las Abadías, donde hacía un quiebro hacia el supermercado Mercadona, atravesaba el colegio Cervantes, salvaba el valle del Albarregas y enlazaba con el depósito del ‘castellum aquae’, en el cerro del Calvario, donde también concluía el acueducto de Los Milagros.
La arqueóloga excavó 116 metros de recorrido. Halló un tramo subterráneo de 87 metros, que estaba cubierto con bóvedas, y cinco pilares de las ‘arcuationes’, construcciones con arcos para salvar los desniveles del terreno, en este caso el valle del Albarregas. Debido a la similitud de las cotas, estima que esta estructura debía tener una altura similar a la de Los Milagros.
Méndez señala que en el año 2001 apareció otro pilar en el colegio público Cervantes, que en principio se identificó como un monumento funerario. Pero tras su hallazgo descubrió que estaba alineado con los restos que había encontrado en el solar de Las Abadías. Asimismo, en 2009 otros especialistas excavaron otra parte del acueducto.
Guadalupe Méndez concluyó en 2009 su investigación, pero aún no se ha publicado. De ahí que se haya presentado como una novedad en el CIAC, donde la arqueología emeritense y extremeña ha tenido un gran protagonismo.
Isaac Sastre, investigador del Consorcio de la Ciudad Monumental, ha presentado dos comunicaciones. Una de ellos se dedica a una casa romana que fue excavada durante las obras de la carretera de Proserpina. Este trabajo, elaborado junto a Irene Mañas, directora de la UNED en Mérida y especialista en la materia, identifica una vivienda de campo del siglo I, en la que convivían el espacio industrial (en concreto, de producción de vino) y el doméstico. Se trata de un tipo distinto a las villas romanas, en las que se separaban los usos con claridad. Según indica, este modelo guarda relación con la implantación en zonas rurales para dar servicio a la recién creada colonia Emerita Augusta.
En el congreso se han presentado 19 comunicaciones y ocho pósters sobre temas regionales o elaborados por equipos en los que hay estudiosos de centros de Extremadura. Entre otras cuestiones, durante las sesiones se ha hablado de las termas de Alange, los últimos hallazgos en Mérida, el complejo religioso y el territorio urbano de Regina, el mobiliario marmóreo de Augusta Emerita y las tipologías de viviendas en la colonia, la villa romana de La Majona en Don Benito y la cristianización de la Lusitania. Pero también se ha tratado sobre temas como la aplicación de las nuevas tecnologías en el conocimiento de piezas arqueológicas.
En cuanto a los pósters, hay información sobre Alange, Regina, Villafranca de los Barros, Mérida y Medellín, de cuyo teatro romano se realiza un repaso histórico hasta su recuperación actual.
Una oportunidad única
Para los investigadores emeritenses el congreso es una oportunidad inmejorable para compartir sus investigaciones con los grandes especialistas en la materia.
José Luis Mosquera, jefe de Servicio Territorial de la Consejería de Educación y Cultura, resalta que «Mérida se ha convertido en un foro de intercambio», donde se ha podido mostrar la labor que se lleva a cabo en la región. Asimismo, destaca que gracias al congreso se podrá exhibir el yacimiento emeritense, en una visita que tendrá lugar hoy, así como los teatros de Medellín y Regina.
Ante la caída de actividad en el sector de la construcción, y la escasez de excavaciones en marcha, Mosquera considera que es un momento propicio para profundizar en el conocimiento del patrimonio y publicar los resultados. «Antes no se podía investigar con tranquilidad, y ahora sí puede hacerse».
Para Isaac Sastre, el CIAC es «uno de los congresos de más prestigio a nivel internacional», por lo que considera «un lujo» que se haya podido celebrar en Mérida. Como indica, estos encuentros permiten estar al tanto de las últimas investigaciones.
Al igual que Mosquera, Sastre considera que ahora es un momento propicio para investigar. En la misma línea, Guadalupe Méndez apunta que «hemos excavado mucho, y cuando hay un parón es cuando hay que potenciar las publicaciones». Pese a ello, considera que, como es el caso del acueducto de Las Abadías, «todavía nos queda mucho que aprender de Mérida».
FUENTE: http://www.hoy.es/v/20130517/merida/emerita-tenia-cuatro-acueductos-20130517.html