Jesús A. Cañas 5/03/2018 www.elpais.com 

La policía mantiene bajo vigilancia los vestigios de Cortadura, cuya existencia se conocía pero que no habían emergido.

“Allí fue medio Cai / con espiocha / y la pobre mi suegra / y eso que estaba ya media chocha. / Con las uñas a algunos / vi yo escarbar, / cuatro días seguíos / sin descansar”. En 1905, el coro de carnaval de Antonio Rodríguez Martínez, El Tío de la Tiza, ya cantó en sus hoy archifamosos tanguillos Aquellos duros antiguos lo ocurrido un año antes en la playa gaditana de La Victoria, cuando un pescador halló enterrados en la arena unos reales del siglo XVIII. Y ayer, 114 años después, la misma escena se repitió en la playa de Cortadura, cuando los gaditanos descubrieron lo que el temporal de viento y lluvia ha desenterrado: restos de un acueducto romano y de los muros de una calzada datada entre los siglos XVI y XVII.

La Asociación para la Investigación y Difusión del Patrimonio de Cádiz (Adip) comunicó el hallazgo. “Nos avisaron de que habían aparecido estos restos y que la gente estaba escarbando en la zona, así que fuimos hasta allí, avisamos de que dejaran de hacerlo y llamamos al Ayuntamiento, sobre todo para evitar que se descontextualicen las piezas”, explica el historiador Moisés Camacho, presidente de la asociación.

El aviso de la entidad hizo que hasta el lugar, sito en el tramo de dicha playa que discurre paralelo a la carretera entre Cádiz y San Fernando, acudieran tanto el arqueólogo municipal como la Policía Local para custodiar los restos desenterrados.

Por una parte, se ha podido documentar “restos de dos muros paramentales de unos 80 centímetros de grosor y dos metros de alto por los que discurría la calzada”, como ha explicado Eugenio Belgrano, miembro de Adip y también presidente de la Asociación de Investigadores del Subsuelo. Esta calzada data de entre los siglos XVI y XVII y se mantuvo en uso hasta 1755, cuando el maremoto de Lisboa la destruyó. Parte de los muros localizados están tumbados por la acción de las olas que azotaron la ciudad.

A algo menos de dos metros de estos restos, también han aparecido hasta siete piezas de lo que podría ser el acueducto de Gades, una infraestructura romana del siglo I después de Cristo. Son lo que se conocen como atanores, piezas de piedra machihembradas por cuyo interior discurría el agua. “Dos de estas piezas aún aparecen unidas con la argamasa original, algo poco común”, ha reconocido Camacho. El acueducto romano de Cádiz medía 75 kilómetros y traía agua desde los manantiales del Tempul (en San José del Valle). Las piezas encontradas en la playa de Cortadura son iguales a otras, ya descubiertas hace años y hoy expuestas en la plaza de Asdrúbal de Cádiz.

Junto al tramo de acueducto —considerado uno de las obras de ingeniería más grandes de la Hispania romana— que discurría por la playa se cree que existía una antigua calzada romana que podría estar ubicada justo bajo la aparecida ahora del siglo XVII o en una zona paralela hoy bajo el mar. De hecho, se conocía la existencia tanto de los vestigios de la calzada de la Edad Moderna como del acueducto romano, aunque no habían emergido a la superficie en décadas recientes.

El Ayuntamiento anunció que estudiará estos hallazgos para su catalogación. No es el único frente abierto que ha dejado el temporal en la ciudad. También ha causado daños en otros bienes históricos deteriorados por el temporal, como el Paseo Fernando Quiñones en la playa de la Caleta y el lienzo de muralla de San Felipe, en el casco histórico.

FUENTE: https://elpais.com/cultura/2018/03/04/actualidad/1520182987_250586.html