Jesús Duva | Madrid www.elpais.es 30/07/2006
La policía devuelve a Italia una escultura localizada en Barcelona 18 años después de haber sido robada cerca del Coliseo.
Una escultura del siglo II después de Cristo, que fue robada en 1986 de las proximidades del Capitolio romano, ha vuelto ahora a Roma tras ser descubierta en Barcelona. La estatua, de mármol blanco, que representa a un senador, fue interceptada por la policía en febrero de 2005, cuando un anticuario barcelonés solicitó autorización para exportarla a México.
La talla, valorada en 160.000 euros, fue entregada el pasado miércoles por el jefe superior de Policía de Cataluña, el comisario José Irineo López Rodríguez, al cónsul de Italia en Barcelona, Roberto Natali, y a dos altos funcionarios del Comando Carabinieri Tutela Patrimonio Culturale. La entrega, en presencia de la directora del Museo Arqueológico de Cataluña, Núria Rafel Fontanals, pone punto final al misterioso periplo del pétreo senador romano.
El caso se inició el 3 de abril de 1986, cuando una patrulla de vigilancia detectó la desaparición de una de las estatuas que adornan el parque de Colle Oppio. Éste es parte de una de las siete colinas de Roma y está próximo al imponente Coliseo que mandó construir Vespasiano en el año 72 después de Cristo. En concreto, la figura marmórea estaba en la llamada Casetta ex omni.
El robo, perpetrado aprovechando las sombras de la noche, fue una operación perfectamente planificada, según determinó entonces la policía italiana. Pero ésta no llegó más lejos en sus investigaciones: jamás logró encontrar el menor rastro de la escultura ni identificar a los autores del latrocinio. Tanto es así que el asunto cayó en el olvido.
Sin embargo, el senador secuestrado en Roma reapareció en diciembre de 2004 en Barcelona 18 años después del robo. ¡Y a más de 1.300 kilómetros de distancia de la capital del Tíber! La pista saltó cuando el anticuario barcelonés Félix C. B., con establecimiento abierto en una renombrada calle de la capital barcelonesa, presentó ante el Ministerio de Cultura una solicitud para proceder a la exportación definitiva de esta pieza a México.
La petición del anticuario fue examinada por la Brigada del Patrimonio Histórico, que a través de Interpol envió una foto de la escultura al Comando Carabinieri Tutela Patrimonio Artístico de Roma. Estos agentes respondieron dos días más tarde confirmando que el senador de mármol había sido sustraído de su pedestal en 1986. A la vez, solicitaron la inmovilización de la escultura e iniciaron una comisión rogatoria internacional para solicitar su devolución a Roma.
Mientras se tramitaban las gestiones que ahora han culminado con el retorno a Italia de la estatua, ésta quedó depositada en el Museo de Arqueología de Cataluña. Entretanto, la policía española tomó declaración al anticuario Félix C., que hace cuatro años abrió otra tienda en el elitista barrio de Salamanca, en Madrid.
El anticuario, especializado en el comercio de piezas arqueológicas de Roma y Grecia, declaró a la policía que había comprado la escultura diez o doce años atrás a un coleccionista de Barcelona identificado como G. S. B., y que lo hizo «de buena fe» al ignorar su procedencia delictiva.
El coleccionista, sin embargo, no pudo ser interrogado para tratar de rastrear el camino seguido por la escultura desde que fuera robada en Roma, ya que había fallecido cuatro o cinco años atrás, según fuentes policiales. «Son piezas que circulan de mano en mano. Yo la adquirí cuando ya había pasado en España por cuatro manos diferentes», declaró el anticuario Félix C. a EL PAÍS. «Esto que me ha pasado ahora es la primera vez que me pasa», agregó este comerciante de arte, cuya familia lleva más de 30 años en este negocio.
En el número 210 de la revista Galeria Antiqvaria, de noviembre de 2002, Félix C. explicaba que puede parecer que la arqueología es un negocio complicado por los permisos especiales que debe tener, pero que no es así. Lo importante, decía entonces, es saber dónde comprar y que las piezas estén legalizadas, es decir, que sus fuentes sean legales, tales como subastas, colecciones particulares antiguas y comerciantes.
«Iba a exportar esta pieza a un coleccionista de México. Y, tal como establece la ley, solicitamos permiso al Ministerio de Cultura. Es un trámite al que estamos obligados todos los anticuarios», explica el anticuario barcelonés. «Hemos hecho la devolución voluntaria de esta pieza… Y hemos perdido dinero», se lamenta el comerciante catalán, que recuerda que la ley sobre el Patrimonio de Italia no prescribe jamás. ¿Cuánto dinero? Él se niega a aclararlo, pero supuestamente fueron los 160.000 euros en que está catalogada.
Fuentes del Grupo de Patrimonio Histórico Artístico de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona admiten que va a resultar difícil averiguar cómo llegó a España la escultura del senador romano, a la que le falta la cabeza y que tiene unas dimensiones de 140 centímetros de altura por 55 de anchura.
Lo importante, no obstante, es que el juez de instrucción número 11 de Barcelona ha autorizado ya, tras un largo proceso, el traslado de la talla a Roma.