Irún www.terra.es 27/02/2006
El Museo Oiasso de Irún, dedicado mostrar la profunda huella que los romanos dejaron en el este guipuzcoano, apura sus últimas etapas antes de la inauguración que se espera se produzca en el mes de mayo.
El interior de la nueva instalación cultural cuenta ya con gran parte del mobiliario y de los soportes en los que se colocarán las piezas históricas que a lo largo de los años se han ido descubriendo en la comarca de Bidasoa, casi todos de la mano de la empresa Arkeolan. También se están ultimando los elementos audiovisuales y los mapas y paneles que completarán la información que se le presentará al visitante.
El Gobierno Vasco es, por ley, propietario del patrimonio histórico de la Comunidad Autónoma Vasca y es a la consejería de Cultura a quien se le ha solicitado la cesión de todo lo que está previsto instalar en Irún. El trámite es algo complejo porque no todas las piezas las tiene en custodia el Ejecutivo vasco. Algunas, como las maderas del puerto romano que se encontraron cerca de la desembocadura del Bidasoa, las guarda la Diputación Foral; otras, como la estela funeraria de Andrearriaga, las tiene el Ayuntamiento de San Sebastián. ‘Tenemos vías de comunicación abiertas con esas y con otras instituciones que también tienen algunos de los fondos que se exhibirán en el museo’, aseguraba el concejal de Cultura de Irún, Fernando San Martín.
El museo irunés presentará por un lado la tribu indígena de Oiasso y las que ocupaban zonas limítrofes, así como el encuentro de éstas con los romanos. Además de las maderas del puerto, la colección de restos tendrá otros centros de interés que mostrarán la importancia del asentamiento latino. Entre todos ellos, destaca el taller de un maestro herrero que apareció muy cerca del propio museo.
El edil irunés, que desde su área ha seguido todo el proceso del proyecto desde su gestación, explicaba que el proyecto se asienta sobre cuatro bases. ‘En primer lugar está el Museo Oiasso en sí mismo, que aportará una visión global y completa del pasado romano de la ciudad. Esto es lo que se inaugurará en mayo’. Hasta ahora, esa función la venía cumpliendo, con mucha más modestia y muchos menos medios, el museo-ermita de Santa Elena. ‘Con la apertura de Oiasso, cambiará su condición’, explicaba San Martín. ‘Estamos estudiando las posibilidades que ofrece. Podría destinarse a cuestiones más antropológicas y espirituales, no sólo de la civilización romana, sino de las anteriores también. Contamos con sacarlo adelante, en ese sentido o en otro, en un plazo breve, de un año aproximadamente’. Esa sería la segunda piedra sobre la que se apoyaría el gran proyecto de la ciudad en torno al mundo romano.
Las termas romanas, que se encontraron en la trasera del propio museo y en las que aún trabaja Arkeolan, forman el tercero de los cimientos. ‘Hay que seguir trabajando en la excavación’, anunciaba San Martín. ‘Cuando sepamos exactamente todo lo que hay, habrá que pensar de qué manera se integra en el conjunto del museo. En este caso, podemos hablar de 2 ó 3 años, en función de lo que se prolonguen los trabajos arqueológicos’.
La cuarta pata del proyecto es la que menos desarrollada está en este momento. ‘Nuestra idea es hacer visitable una galería minera en Arditurri’, con la que se completaría un recorrido turístico-cultural sobre la presencia romana en la comarca. Aún podría sumarse un quinto escenario. Varios expertos guardan la esperanza de que bajo la plaza de San Juan, en pleno centro de Irun, puedan encontrarse restos del foro o de alguna otra construcción romana. La buena noticia para los arqueólogos es que la reforma de ese ámbito ya está en marcha y los primeros movimientos de tierra podrían darse en el plazo de dos o tres años.
‘El Museo Oiasso tiene el valor histórico de dar a conocer las aportaciones que los romanos hicieron a los indígenas, así como un indiscutible valor educativo. También posee ese atractivo turístico-económico propio de una singularidad como es ésta en todo el arco cantábrico’, aducía el alcalde de la ciudad fronteriza, José Antonio Santano. Entiende que Oiasso debe ser el impulso para que ese conjunto de espacios romanos de Irún atraiga a la ciudad la tipología de turista que programa sus desplazamientos en función de los atractivos culturales. ‘Queremos que la gente piense que, estando a 300 ó 400 kilómetros, merece la pena venir aquí para conocer cómo fue la presencia de los romanos en el Cantábrico’.
Ahora que Oiasso está a punto de echar a andar, parece muy lejana la soledad que asistió a su gestación. En un principio el Ayuntamiento pareció quedarse prácticamente solo en su idea de montar un museo que plasmara la romanización de la costa guipuzcoana. Al final, la construcción del museo, el proyecto museográfico y el Plan de Comunicación (en total suman 4 millones de euros), se han financiado con la ayuda de otras instituciones. El Gobierno central, a través de los ministerios de Cultura y Fomento, aportó 1.420.000 euros, Obra Social Kutxa casi otro medio millón y los fondos europeos Interreg 260.000. Del Gobierno Vasco llegaron 7.500 euros como ayuda al proyecto museográfico y de la Diputación 15.000 para la promoción. El resto, lo ha costeado el propio Ayuntamiento irundarra.
Para la apertura del Museo Oiasso se ha hablado continuamente de plazos que no han llegado a cumplirse. Cuando finalizó la obra de rehabilitación del edificio de las antiguas escuelas, en 2003, se anunció el museo para el otoño de 2004. A primeros de ese mismo año, se barajaba como fecha de apertura la primavera de 2005. Pronto se vio que tampoco se alcanzaría el final del proceso para entonces y se amplió el plazo en otro año. ‘No me gusta hablar de plazos’, señalaba Santano, ‘menos en equipamientos como éste, que no son esenciales en la vida diaria de los ciudadanos. En estos casos, con la perspectiva del tiempo te das cuenta de que tardar unos meses más o unos meses menos no es relevante y sí lo es que esos meses sirvan para que el resultado final sea mejor’.
Esta vez, todo apunta a que Irún tendrá su museo romano antes de que llegue el próximo verano. Fernando San Martín explicaba que se están ultimando cuestiones como la tarifación, la explotación hostelera que habrá en el interior del edificio y el reglamento interno del museo. ‘Todo esto hay que aprobarlo en el Pleno de la Corporación’, aseguraba, y los plazos corren ya en contra, aunque el delegado de Cultura no tiene duda ninguna de que se cumplirá lo previsto. ‘Realizaremos todos los trámites internos, se montarán los paneles y los mapas, llegarán las piezas arqueológicas y el museo podrá inaugurarse antes del verano’.
MÁS INFORMACIÓN: http://www.irun.org/caste/3ayunta/proyecto/proy04.asp