Helena Celdrán www.20minutos.es 03/06/2013
De 33 metros cuadrados y en un excepcional estado de conservación, el mosaico era el suelo de una de las estancias principales de una casa romana. La obra fue descubierta en la ciudad de Lod (Israel) durante la construcción en 1996 de una autopista entre Tel Aviv y Jerusalén. El panel central aúna especies exóticas, una alusión a la armonía entre los ciudadanos de diferentes credos que vivían en Lydda, nombre romano de Lod.
El espectacular mosaico romano es una explosión de vida. Dominado por mamíferos, aves y peces reales —salvo por dos monstruos marinos, uno de ellos acechando a las dos embarcaciones que son la única referencia al ser humano— se perfila como un bestiario de criaturas exóticas y autóctonas que conviven con relativa calma en los compartimentos geométricos de la obra.
Descubierto por casualidad durante la construcción en 1996 de una autopista entre Tel Aviv y Jerusalén, el mosaico israelí de Lod (la ciudad cercana a Tel Aviv en la que se encontró) data del año 300, cuando el Imperio Romano ya había extendido sus dominios por Oriente Medio. El conjunto de paneles —que no fue desenterrado hasta el año 2009, cuando se pudo garantizar la excavación y la restauración al completo— se presentó al público por primera vez en 2010 en el Metropolitan Museum de Nueva York y ahora inicia su itinerario por Europa.
La primera parada europea del mosaico es el Museo del Louvre de París, que lo exhibe hasta el 19 de agosto en la Cour du Sphinx, una sala (cerrada al público durante varios años y que ahora se reabre para la ocasión) cercana a otras que exponen objetos de las provincias que el Imperio Romano poseía al este del Mediterráneo. El centro acompaña la exhibición de una guía audiovisual que detalla los elementos de la obra.
La lujosa pieza decorativa de 33 metros cuadrados, compuesta de teselas de mármol y piedra caliza, destaca por su excepcional estado de conservación y sólo un pequeño hueco en la parte inferior tuvo que ser rellenado durante la restauración. El mosaico pertenecía al suelo de una casa romana, pero nada se sabe de la identidad de sus ocupantes, de la naturaleza de la construcción o de la estancia que albergaba la obra. Algunas capas de pintura descubiertas durante la excavación, con placas de colores y mármol falso, indican que las paredes también estaban decoradas y los arqueólogos barajan que el mosaico era el suelo de un salón.
Con el mundo animal representado con gran atención al realismo y al detalle, el octógono central destaca por el exotismo de las especies. Elefantes, girafas, tigres y rinocerontes viven en armonía bajo la protección de dos mansos leones: la escena puede hacer referencia a la sociedad de Lydda (nombre grecorromano de Lod) durante el Imperio Romano, donde los ciudadanos de diferentes credos coexistían de manera pacífica.
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