‘Las razones de la fuerza’, de Marcos Cesa (Arpa), nos explica por qué la visión de la guerra del Peloponeso de Tucídides es clave para la política y las relaciones internacionales de hoy
Ramón González Férriz www.elconfidencial.com 23/05/2023
Si usted sigue la política internacional, tal vez se haya percatado de que, últimamente, se invoca el nombre de Tucídides para analizar casi cualquier conflicto. Se habla de Tucídides, que vivió en el siglo V antes de Cristo, para explicar por qué la democracia está en declive. Se menciona su gran libro, la Historia de la guerra del Peloponeso, que narra un largo conflicto entre las ciudades de Atenas y Esparta en la edad de Oro de la Grecia clásica, para describir las motivaciones y el desarrollo de la sangrienta guerra en Ucrania. Se recurre a la idea de “la trampa de Tucídides” para intentar vislumbrar cómo podría evolucionar el creciente enfrentamiento entre China y Estados Unidos. Pero, ¿quién era Tucídides y por qué nos sirve para explicar tan bien el mundo actual? Un libro que acaba de publicarse en España explica algunos de los motivos. Su título es elocuente: Las razones de la fuerza. El subtítulo, Tucídides y la teoría de las relaciones internacionales.
En realidad, sabemos poco de Tucídides, y casi todo procede de lo que él mismo cuenta en su libro. Era de Atenas, estaba emparentado con la clase dirigente de la ciudad, fue militar, acabó exiliado por razones políticas y con su obra inventó una profesión que no existía hasta entonces, a medio camino entre la del historiador y la del reportero. Historia de la guerra del Peloponeso es el relato de una conflagración que duró más de dos décadas, cambió para siempre el mundo clásico y supuso el inicio del declive de Atenas, su filosofía y su idea de democracia. No es un reportaje como lo entendemos hoy: su crónica de las decisiones militares, las intrigas políticas, el devenir de las luchas y unas cuantas matanzas no es vibrante en el sentido que lo son el periodismo o la historia narrativa actuales. Pero se les parece.
Porque Tucídides es increíblemente moderno: narra algunas cosas en primera persona, tal como las vio mientras viajaba por Grecia durante el transcurso de la guerra; otras, como hacen los periodistas actuales, las escribe como se las contaron a él. El libro incluye discursos de líderes políticos que le sirven para retratarlos psicológicamente y como estrategas. Lo más llamativo, sin embargo, es la vigencia de su visión del mundo, por lo que resulta mucho más fácil identificarse con ella que con la de la mayoría de los escritores de su época. Por un lado, cuenta la guerra sin apelar a la intervención de los dioses, ni al destino ni a nada parecido: esta es solo consecuencia de la política, el dinero y unas emociones muy humanas. Y, por otro lado, no tiene ningún interés en ponerse del lado de los atenienses ni de los espartanos, ni de someter a juicio sus decisiones. Cuenta la guerra con imparcialidad; incluso, como dice el profesor italiano Marco Cesa, el autor de Las razones de la fuerza (publicado en Alianza), con “amoralidad”. Para Tucídides, los políticos y los Estados actúan de acuerdo con su propio interés, aunque su retórica lo enmascare; prescinden de la idea de justicia y, cuando se trata de política internacional, hacen caso omiso del derecho. Para él, la ley del más fuerte es una ley natural y sería estúpido indignarse por ella.
La guerra solo es consecuencia de la política, el dinero y unas emociones muy humanas
Sin embargo, no todo es cinismo. Según la interpretación de Cesa, para Tucídides el origen de la guerra está en el miedo y la obsesión por la seguridad. Todos los Estados temen dejar de ser independientes y tener que someterse a las leyes de un invasor. Eso era lo que le sucedía a los líderes de Esparta: temían que Atenas, cada vez más poderosa, acabara por someterles y la guerra era una manera de impedirlo. Pero Atenas se comportaba como un poder imperialista, conquistando todo cuanto podía, porque creía que si dejaba de hacerlo, las otras ciudades se rebelarían contra ella e intentarían acabar con su hegemonía. Para Tucídides, el mundo es una anarquía en la que el miedo y la obsesión por la seguridad vuelven agresivo a casi todo el mundo. Todos, en definitiva, afirman que declaran la guerra únicamente para defenderse.
Las razones de la fuerza es un libro que se lee muy bien, es muy breve —mucho más que el original de Tucídides que, dependiendo de la edición, puede llegar a tener varios miles de páginas— y resulta imprescindible para los yonquis de la política y las relaciones internacionales. Sin referirse a los conflictos del mundo moderno, Cesa demuestra por qué, durante siglos, pero sobre todo en las últimas décadas, los analistas políticos y militares han visto en la guerra del Peloponeso y el relato de Tucídides una lección sobre las luchas del momento. Lo cierto es que estas encajan en la visión de Tucídides, que es realista, cruda, a veces incluso sarcástica, y en la que nunca hay espacio para la superchería ni las explicaciones irracionales. El mundo es un lugar cruel en el que gana el poderoso, que a su vez tiene miedo de dejar de serlo y, en general, mandar es mejor que ser mandado. Todo lo demás es literatura.
Cuando surge un rival para la potencia hegemónica, la ambición del primero y el miedo de la segunda suelen llevar a la tragedia
Por supuesto, que Tucídides resulte ahora tan actual no se debe solo a su increíble talento como historiador y observador, sino a que los intentos de establecer una política internacional basada en el derecho, en la que no gane necesariamente el más fuerte, han fracasado en parte. Muestra de ello es la guerra de Ucrania. Y quienes creen en la llamada “trampa de Tucídides” piensan que es casi inevitable que la rivalidad entre Estados Unidos y China acabe en guerra por las mismas razones que esta estalló entre Esparta y Atenas: porque cuando surge un rival para la potencia hegemónica, la ambición del primero y el miedo de la segunda suelen llevar a la tragedia. Pero Tucídides no solo ofrece lecciones para la política internacional, sino también para la nacional. A su modo, Historia de la guerra del Peloponeso es una crónica detallada de cómo, muchas veces, los Estados fracasan en sus empeños estratégicos porque su líder no es capaz de demostrar contención, no sabe guiar los estados de ánimo de sus ciudadanos y no logra “controlar los excesos de la naturaleza humana”. Por eso, en parte, perdió Atenas. Es impresionante cómo Tucídides sigue sirviendo para explicar nuestro mundo. Y Las razones de la fuerza ayuda a entender por qué es así de una manera seria y al mismo tiempo divulgativa.
FUENTE: www.elconfidencial.com