La pasión de los profesores de instituto para enseñar las lenguas muertas explica el auge de Clásicas, mientras que otras filologías caen hasta un 45%

Elisa Silió www.elpais.com 06/10/2024

¿Qué está pasando en el campo de las filologías? Los estudios de inglés, la lengua franca que los jóvenes deberían dominar, vivió un apogeo,  pero sus matriculaciones en primero de carrera no paran de descender en España. Según los datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, han caído un 25% en una década. También vive un declive del 34% Lenguas Modernas y Aplicadas, una titulación surgida en 2014, y la caída es del 45% en otras lenguas (francés, alemán o árabe), pese a que los expertos señalan que el desarrollo de la inteligencia artificial va a necesitar trabajadores muftílingües. Y, sin embargo, Clásicas está renaciendo: la carrera matriculó el pasado curso en primero a 540 personas, un 26% más que en el 2014/2015.

En la Universidad de Sevilla los inscritos de Filología Griega y Latina en primero han subido de 60 a 80 en un año (20 hacen el doble grado con Filología Hispánica). Francisco J. González Ponce, exdecano de Filología, lo resume en una frase: «Es un enfermo con salud de hierro». Cuando él empezó la carrera en 1982, también se daba por muerta y lo mismo habían oído 40 años antes los que eran sus docentes.

“El auge tiene que ver con la muy buena labor que hacen nuestros colegas de enseñanzas medias. Desde hace mucho tiempo casi todos son especialistas”, ensalza el catedrático de griego. “Y a eso se une la vocación. El latin es una lengua muy difícil, porque es muy abstracta, pero cuando empezamos a entender, el latín es un torrente de sabiduría que nos viene encima y que, por supuesto, nos ilumina”, prosigue con entusiasmo. “Y nos abre una puerta no solo a la sintaxis y la lingüística, sino a toda una cultura, la romana, que no conocemos muy bien. Lo mismo ocurre con el griego. Y eso los estudiantes lo perciben”.

Cada mañana, desde Mairena del Alcor, cuatro chicos toman el autobús hacia la Sevilla capital. Cursan primero de Filología Griega y Latina. Todos fueron bachilleres en el instituto Los Alcores, donde un profesor, Manuel Muriel, les inoculó el amor por las lenguas clásicas. “Es muy flipado, nos contaba la mitología con mucha intensidad y consiguió atraernos”, cuenta con gran admiración Mario Jalón, que pensaba decantarse por Historia. “Aquí se viene con mucha vocación porque, si no, no te interesa lo que dijo un tío hace 2.000 años”. Al final se pone seria: “No se puede conocer el presente sin entender el pasado. Estas culturas son la base de muestra civilización.”

Patricia Martinez, decana de la facultad de Filosofía y Letras de la Autónoma de Madrid (UAM), también destaca la labor de los profesores de secundaria. “Contagian su pasíón. El ejemplo es Irene Vallejo [autora de El infinito en un juncol: dice que no hubiese estudiado Filología Clásica sin el entusiasmo de su profesora de latín”. En la UAM, donde las cifras de inscritos en el grado de Estudios Clásicos y de la Antigüedad se mantienen estables, combinan el estudio del latin y el griego con el conocimiento de la historia, el pensamiento o arqueología y hasta pueden estudiar sumerio, acadio y lengua egipcia, porque extienden el conocimiento a Oriente Próximo.

González Ponce cuenta que las ratios de empleabilidad en Andalucia son más altos en Clásicas que en otras filolaogías porque en unas oposiciones a secundaria, aunque salgan pocas plazas, hay pocos candidatos. El curso anterior, incluso, hubo vacantes de bajas que no se cubrieron. La decana de la UAM, especialista en Filología Francesa, cree que en Madrid podría también crecer el número de plazas por las jubilaciones de muchos docentes.

Martínez sostiene que la caída de matriculados en las lenguas modernas está vinculado a su práctica desaparición en las institutos. “Si no las conoces, no pueden ser un polo de atracción”, sostiene. Y recuerda su enorme su utilidad. “Estamos muy equivocados si creemos que podemos comunicarnos con el traductor del móvil. Hablar dos o tres lenguas además de la materna casi te garantiza un trabajo de alta calidad. La inteligencia artificial requiere trabajadores multilingües que entiendan cómo funciona el lenguaje y que tengan un conocimiento intercultural”. La Autónoma de Madrid oferta el Grado en Estudios de Asía y África —con itinerarios de japonés y árabe— con un índice de empleabilidad del 90%.

En Sevilla las matriculaciones en Filología Inglesa o Hispánica, cuenta su decano José Javier Martos Ramos, se mantienen estables “por el tirón de las oposiciones de secundaria”, mientras caen en otros idiomas. “En Filología Alemana o Filología Italiana, con el cambio a Bolonia (2014/2015), hubo un repunte y se volvió a cifras de finales de los años noventa, pero hace cuatro o cinco años ha empezado a bajar”. Y le han buscado un revulsivo creando la titulación Lenguas Modernas, con una lengua principal (árabe, alemán o italiano) y una segunda (francés o literatura hispánica). “A su vez, pueden acercarse a otras áreas de conocimiento mediante módulos de especialización en inteligencia artificial, lenguaje forense, lingüística clínica, aprender a enseñar lenguas modernas…», explica el decano, especialista en alemán”. “Necesitamos que las grados sean transversales y reconocer que tienen una importancia clave en la gestión de muchos conocimientos”, opina.

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