www.abc.es 17/12/2005
El «ruido de tribunales» ayuda a refrescar la memoria, y el museo Getty ha descubierto entre sus propios documentos que 54 de las 104 piezas arqueológicas que expone como obras maestras en Malibú proceden de saqueos, la mayoría en Italia, pero también en Grecia y en Turquía. La auditoría interna realizada en 2001 refleja, en numerosos documentos escritos, que los responsables de las compras y los máximos dirigentes del museo más rico de América sabían que compraban piezas expoliadas a traficantes sin escrúpulos, especialmente el americano Robert Hecht, el británico Robin Symes y el italiano Giacomo Medici, condenado a diez años de cárcel por el Tribunal Penal de Roma, que ahora está procesando a Hecht y a la ex conservadora del Getty, Marion True.
www.abc.es 17/12/2005
El «ruido de tribunales» ayuda a refrescar la memoria, y el museo Getty ha descubierto entre sus propios documentos que 54 de las 104 piezas arqueológicas que expone como obras maestras en Malibú proceden de saqueos, la mayoría en Italia, pero también en Grecia y en Turquía. La auditoría interna realizada en 2001 refleja, en numerosos documentos escritos, que los responsables de las compras y los máximos dirigentes del museo más rico de América sabían que compraban piezas expoliadas a traficantes sin escrúpulos, especialmente el americano Robert Hecht, el británico Robin Symes y el italiano Giacomo Medici, condenado a diez años de cárcel por el Tribunal Penal de Roma, que ahora está procesando a Hecht y a la ex conservadora del Getty, Marion True.
La auditoría del prestigioso abogado de Nueva York Richard Martin sobre las posibles responsabilidades penales del museo sacó a la luz centenares de cartas y notas internas que demuestran la plena conciencia de estar comprando piezas robadas. En estos momentos, Italia reclama judicialmente 42 de ellas, adquiridas por más de 100 millones de dólares.
La estatua de Afrodita comprada por Marion True en 1988 por 18 millones de dólares había sido excavada clandestinamente en Morgantina (Sicilia) dos años antes, y fue adquirida a través de Robin Symes. En una nota interna, el entonces director del museo, John Walsh, escribió: «Sabemos que es robada». En otra nota sobre la política del museo, Walsh escribió: «1. Sabemos que estamos comprando propiedad robada. 2. Estamos tratando directamente con mentirosos y aceptamos sus garantías». Ahora lo sabe el mundo entero.