Ertopen | Atenas 14/06/2013
Para el telespectador español, acostumbrado a canales públicos (nacionales o autonómicos) en los que la zafiedad, el mal gusto, la pobreza cultural y artística y la manipulación informativa están a la orden del día, es difícil comprender el estupor y desesperación que ha provocado en medios intelectuales, artísticos y académicos así como en el conjunto de la sociedad griega, el fulminante cierre de la la Radio Televisión Griega (ERT).
Desde que se anunció el cierre de la ERT, es frecuente leer opiniones en los periódicos españoles del tipo “para la bazofia que es la TV pública, ojalá que la cerraran también aquí.”
Es habitual pensar que “en todas partes cuecen habas”, pero hay que aclarar que lo que en las televisiones públicas españolas es habitual, en el extranjero es la excepción. Ni la BBC, ni la ZDF, ni la TV pública francesa, ni muchas otras televisiones públicas europeas alcanzan el nivel de cutrez y manipulación al que nos tienen acostumbrados las tv públicas españolas.
El caso de la TV publica griega era de una calidad excepcional. Los tres canales de televisión prestaban una atención diaria a la cultura, la ciencia, la historia, la filosofía, el arte, la música… el número de emisiones de altísima calidad que cada noche (especialmente en horario prime time) se proyectaban en las pequeñas pantallas helenas era, sencillamente, espectacular. Casi a diario en los platós de la ERT se entrevistaba a filósofos, escritores, artístas, científicos. Algo difícilemente comprensible para quienes estamos habituados a la telebasura 24 horas en las televisiones púbicas.
El caso de la Radio pública Griega (donde hemos de reconocer que la situación en España es mucho mejor, por lo menos en lo que toca a Radio Clásica y Radio Tres) era igualmente valioso. Especialmente había tres emisoras que para todo griego eran casi tan importantes como la Acrópolis: Trito Prógrama (especialzada en música clásica y folclore), Deftero prógrama (música contemporánea y popular griega) y Foní tis Elladas (la voz de Grecia para los millones de griegos del extranjero, con emisiones culturales de altísimo nivel.)
Se acusa a las televisiones públicas griegas de contar con poca audiencia (entre las tres un 20% aproximadamente.) En Francia y Alemania el excelente canal cultural ARTE cuyos programas de alto presupuesto y calidad son una maravilla, apenas alcanza el 5% de audiencia. Una televisión publica, al igual que la educación, no es un gasto, es una inversión.
La ERT cumplía un papel importantísimo en la defensa de la cultura y la lengua griega, amenazadas por la aculturación provocada por la invasión de música, series y programas norteamericanos de las grandes cadenas privadas. En la ERT no había sitio para los realities ni la telebasura que inundan las parrillas de estos canales. La ERT era un elemento fundamental en la defensa de la identidad griega, y el mejoramiento del nivel cultural de la clase trabajadora. Los grandes canales privados lo único que están consiguiendo es favorecer el embrutecimiento, el adocenamiento y la aculturización del pueblo griego. ¿De verdad era la TV pública la que había que cerrar?
El pueblo griego ha demostrado en numerosas ocasiones su capacidad de lucha y resistencia. No es la primera vez que después de una derrota se levanta y resurge, como fénix, de sus cenizas. La lucha de los trabajadores de la Radio Televisión Pública Griega es también la lucha de un pueblo por su propia identidad, por su historia, por su cultura. Y pocos pueblos tienen tantos motivos para luchar por todo ello como los griegos.
ENLACES: Pedro Olalla: Lecciones de moral impartidas por cínicos