DPA | Roma 24/09/2008
En las bóvedas subterráneas de Roma hay vida hasta ahora desconocida: en las paredes de las catacumbas de San Callisto en la Via Appia Antica, los científicos descubrieron dos especies nuevas de bacterias.
«Estas bacterias pueden causar con frecuencia daños», dijo Clara Urzì, profesora de la Universidad de Messina, en Sicilia. Los especialistas las analizarán más profundamente para desarrollar a partir de los resultados nuevos métodos para la protección de monumentos antiguos, indicó hoy la Sociedad británica de Microbiología General.
«Hallamos las dos nuevas especies de bacterias en superficies deterioradas de las catacumbas y creemos que contribuyeron a dañar las paredes», según Urzì. Se trata de bacterias del género Kribbella. Éstos organismos fueron hallados por primera vez en 1999. Desde entonces, los expertos encontraron especies de Kribbella en lugares muy dispersos del mundo, desde un hipódromo de Sudáfrica hasta una mina medieval en Alemania.
En las catacumbas de San Calixto (Roma), unas sepulturas construidas hace veintitrés siglos, están enterrados más de 30 papas y mártires. En honor al lugar del hallazgo, los microbios han sido bautizados como Kribbella catacumbae y Kribbella sancticallisti.