Rafael Herrero www.diariosur.es 12/04/2008

Detenidas veinte personas e intervenidas diez mil piezas arqueológicas, doce mil monedas, armas y detectores de metales.

La operación denominada ‘Pitufo’, desencadenada por agentes adscritos a la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía, ha permitido desarticular una importante red presuntamente dedicada al expolio de yacimientos arqueológicos. Aunque sus integrantes operaban a nivel nacional, centraban sus actuaciones principales en las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón y Valencia. En especial, la zona más castigada por esta organización fue la campiña cordobesa, rica en yacimientos por el asentamiento de pueblos y la diversidad de civilizaciones que han ocupado sus tierras.

El operativo policial ha culminado, hasta el momento, con la detención de 20 personas en distintos puntos de la geografía española: nueve de ellos en Córdoba, cuatro en Jaén, dos en Valencia, igual número en Castellón, y sendos arrestados en Ibiza, Zaragoza y Granada. Los efectivos encargados de la investigación efectuaron 24 registros, en los que se intervinieron, entre otros efectos, de más de 10.000 piezas de paleontología y arqueología, más de 12.000 monedas de distinta tipología y época, una considerable cantidad de trozos de cerámica fragmentada, dos colecciones de monedas romanas, así como trozos de fíbulas. Los agentes se incautaron, además, de hachas de piedra y metálicas, un ánfora reconstruida, un fragmento de tela de sepultura romana, rascadores neolíticos, dos cuadros de los siglos XVII y XVIII, cinco cuadros pequeños, y capitel de madera y dos columnas. En los registros se aprehendieron también 72 armas de fuego, ocho detectores de metales, manuales de aparatos detectores, un visor nocturno, un escáner y varios ordenadores. En uno de los registros fueron necesarias tres furgonetas para trasladar los efectos recuperados hasta el lugar de depósito.

Comercialización
Algunos de los ahora arrestados se desplazaban a diario, tanto en horas nocturnas como diurnas, a distintos yacimientos, previamente localizados, provistos de detectores de metales y otros útiles para la excavación y sustracción de los materiales que pudieran ser hallados. A uno de los detenidos le fue intervenido un manual en el que se recogían consejos de comportamiento ante eventuales actuaciones policiales contra los expoliadores.

Los bienes que localizaban eran comercializados directamente entre personas conocidas por los autores del expolio y en establecimientos comerciales. En otras ocasiones, lo hacían a través de páginas de subastas en Internet, que se ha convertido en un importante punto de encuentro entre saqueadores y clientes. Esta desarticulación ha sido consecuencia de informaciones obtenidas en otra operación, denominada ‘Vivo’, que se ejecutó en 2006 y que culminó con la detención de 24 personas y la incautación de miles de piezas de gran valor arqueológico. Los investigadores han podido determinar que Internet se ha convertido en el punto de encuentro predilecto entre los expoliadores y sus compradores.

Los restos arqueológicos, en muchas ocasiones, eran comercializados a través de páginas de subastas en la Red, aprovechando la sensación de impunidad que ofrece, así como las dificultades que entraña la identificación de los compradores y vendedores al estar ubicadas las páginas web en el extranjero.