Pepe Luque | Morón de la Frontera (Sevilla) 15/10/2012
Quisiera empezar diciendo que no soy un inconsciente y sé que vivimos, y vamos a seguir viviendo por desgracia, duros (durísimos) momentos en el campo de la economía y que van a seguir haciendo saltar por los aires tantos y tantos logros por los que hemos estado luchando desde hace tiempo (enseñanza incluida). Tengo claro quién o quiénes se van a beneficiar de ello, pero no vengo aquí para eso.
Soy consciente también de que los profesores de Griego y Latín -Latín y Griego- estamos acostumbrados a trabajar desde hace tiempo en difíciles condiciones en nuestros Centros, y en muchas ocasiones nadando solos contra corriente. Por lo tanto no tememos los retos.
Reconozco también que está calando en la mayorías de IES, como una de las posibles respuestas a los ataques a la Enseñanza Pública que estamos padeciendo, el no realizar Actividades Extraescolares. Y puede haber mucho de razón en ello. Donde discrepo, perdónenme, es en poder confundir unas actividades y otras. Os puedo asegurar que comparto la mayoría de medidas al cien por cien. Incluso algunas veces nos hemos encontrado que quienes abanderan esta medida en los centros –lo digo por experiencia propia- no han hecho nunca una salida con sus alumnos –cultural o no cultural-, y se han opuesto a ellas incluso cuando los vientos eran mucho más favorables. Y es aquí donde me quiero dirigir a todos mis colegas profesores de Clásicas principalmente, como profesor, intentando –tarea casi imposible- que no influya mucho mi condición de director de un grupo de teatro de alumnos de letras de un IES, y que nació gracias a la actividad a la que me voy a referir y que ha hecho que las Humanidades estén muy vivas en nuestro Centro y en la mismísima localidad.
La actividad a la que me refiero es lógicamente la que se realiza gracias a los Festivales Juveniles de Teatro Grecolatino que se celebran en numerosas sedes de nuestro país. Estoy absolutamente convencido de que son un complemento magnífico para nuestras clases si somos capaces de plantearla correctamente e introducirla adecuadamente en nuestro curriculum; y que además, por su singularidad, os aseguro que no tiene parangón en otros países de nuestro entorno. Verdaderamente es un lujo tener en este terreno lo que actualmente tenemos en España como hecho educativo en beneficio de unas asignaturas como las nuestras. Y todo ello se ha conseguido gracias a muchos años de trabajo, y al esfuerzo, en la inmensa mayoría de los casos, desinteresado de cientos de personas luchando y remando por un objetivo común: seguir transmitiendo in situ el teatro grecolatino y por ende el mundo clásico. ¡Ah! y todo ello hoy en el siglo XXI. Organizadores, patrocinadores –cada vez menos desgraciadamente-, grupos de teatro de distinta índole (de IES, universitarios, aficionados o profesionales), los teatro romanos cumpliendo actualmente la función para lo que fueron construidos otrora, y profesores y alumnos mayoritariamente de Humanidades en verdadera comunión con los textos de los autores clásicos grecolatinos. Todo ello al servicio de una gran labor educativa. Pero también esto podemos perderlo.
Mi amor hacia esta actividad nació allá por abril de 1997, cuando –tras siglos de silencio- reabrió sus puertas el Teatro Romano de Itálica, y pude ver con mis alumnos del IES Aguilar y Cano de Estepa unas magníficas Bacantes de Eurípides representadas por el grupo Thyasos de Madrid. ¡Cuánto aprendimos todos –profesores y alumnos- preparando previamente la representación que íbamos a ver! ¡Cuánto disfrutamos sentados en aquellas piedras milenarias! Año tras año hemos seguido asistiendo a Itálica, Baelo y otras sedes, y cuántas posibilidades de trabajar en el aula nos ha permitido: el teatro, griego y latino; sus autores, sus características, los contextos históricos, la lengua: el griego antiguo de la tragedia y la comedia, y el latín arcaico de la palliata; los mitos, las breves lecturas dramatizadas en la propia clase,…
Sin duda siempre he creído que cuando la obra que vamos a ver se prepara concienzudamente en clase, se le saca un rendimiento enorme, que hace que nuestros alumnos disfruten al máximo reconociendo todos los detalles de las representaciones. Y también he de reconocer que últimamente vemos que muchos estudiantes acuden sin la preparación necesaria ante el hecho teatral, que en un principio es extraño y está alejado de ellos. Nos toca a nosotros hacer ese acercamiento que sin duda merece la pena.
Algunos pensaréis que dirigiendo al grupo “In albis Teatro” del IES Fuente Nueva de Morón de la Frontera, puedo estar haciendo propaganda, quizás en mi beneficio, y os puedo asegurar que nada más alejado de mi intención. Creo que en los últimos tiempos he aportado mucho tiempo de mi vida –robándoselo a mi familia en muchos casos-, sin duda costándome incluso el dinero, por el compromiso con esta actividad en la que he creído, y en la que por supuesto sigo creyendo que nos aporta muchísimo a todos los que amamos el mundo grecolatino, y que –insisto- bien trabajada en clase engancha a nuestros alumnos en unos tiempo tan difíciles. Sinceramente creo que no es una actividad más de un departamento o seminario; creo que es una parte importante de nuestras asignaturas, y que si le damos la espalda en estos difíciles momentos, posiblemente estemos socavando nosotros mismos nuestras materias y todo este mundo que amamos. Y puede que algunos incluso se froten las manos.
Para terminar, soy consciente de que tendremos muchas dificultades en nuestro día a día en el curso que se avecina. Y sé que cualquiera de esas dificultades puede desanimarnos: que los centros no puedan ayudar en el transporte, las dificultades económicas de las familias por esta crisis, que me parece “indigna”; pero desde aquí os animo –me animo-, os aliento a que no decaigamos – sí, ya sé que una vez más- y a que en lo posible no bajemos los brazos, porque los grandes perjudicados al final serán nuestras materias. Los Festivales en muchos casos al ir unidos a los teatros romanos aún tienen una repercusión mediática importante y son destacados en periódicos locales y nacionales, además por el gran número de alumnos que somos capaces de mover. Si hoy le damos la espalda, estaremos dándole argumentos a todos aquellos que no quieren que sigamos existiendo. Nosotros mismos seremos los grandes perjudicados. Por ello creo que debemos volver a recurrir al ingenio si hace falta, para poder pagar entradas y viajes, no sé… animando a los alumnos a ahorrar 50 cts. cada semana, o cualquier otra cosa que se nos ocurra… Debemos volver a ilusionar a nuestros alumnos –sí, ya sé que cobrando menos y con mayor “carga horaria”, no me olvido de que además soy profesor-; debemos preparar bien la actividad, exigir que todos vayan convenientemente preparados y estoy seguro que nuestra satisfacción será inmensa. Pienso que en gran medida nos va en ello parte de la salud de nuestros estudios.
Sinceramente creo que nuestras asignaturas se merecen no perder este enorme potencial de aprendizaje para nuestros alumnos. Creo que se lo merecen los Festivales Juveniles de Teatro Grecolatino que han hecho un enorme esfuerzo por acercarse a cada uno de nosotros; y se lo merece tanta y tanta gente que con ilusión renovada cada año lucha –insisto, desinteresadamente- para poder ofrecernos un espectáculo con infinitas posibilidades para nuestras aulas. Ánimo a todos y mucha suerte en esta difícil tarea, que será más fácil si estamos unidos y con un mismo objetivo.
Pepe Luque, director de «In albis Teatro» (pepeinalbis@gmail.com)