A. G. Valencia | León www.diariodeleon.es 10/02/2013
Los ladrones utilizaron cuerdas para robar la escultura situada en la torre de la iglesia.
Decapitado. Así apareció ayer el busto del emperador Marco Aurelio recuperado de la villa romana de Los Villares y situado en la espadaña de la iglesia de San Salvador en Quintana del Marco. No es la primera vez que los amigos de lo ajeno se interesan por esta escultura, la mejor de época romana que se conservaba en la provincia, pero lo cierto es que, aunque hace algo menos de un año ya se registró un intento de robo, hasta la fecha el busto del emperador había resultado inaccesible.
Fuentes municipales confirmaron que «los ladrones accedieron al campanario por la escalera exterior del templo y desde allí con maderos y ayudados por cuerdas de montañero ascendieron hasta la altura a la que se encuentra la escultura, apróximadamente catorce metros». De hecho los palos, que permanecían ayer a mediodía clavados en el muro de la iglesia, fueron requisados por la Guardía Civil del puesto de Alija del Infantado como prueba que ayude a localizar a los autores del suceso.
Supuestamente, los ladrones aprovecharon la fractura que el busto presentaba a la altura del cuello, como se puede ver en la fotografía, para forzar su desprendimiento, llevándose únicamente la cabeza y dejando en su ubicación habitual el torso y la base. «Al parecer, el hecho de que el cuerpo esté incrustado en la piedra imposibilitó que también se lo pudieran llevar», según apuntaron las mismas fuentes.
El alcalde de Quintana del Marco, Manuel de las Heras Chana, reconoció que aunque sobre la escultura existe un vacío de conocimiento sobre su titularidad,—desconocen si el propietario es el municipio o el Obispado, por encontrarse en la espadaña del templo,— había iniciado recientemente las conversaciones con algunos representantes del Instituto Leonés de Cultura para conocer si el busto podía ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC), «realmente no habíamos avanzado en otros trámites», reconoció el popular.
Lo que si tiene claro el regidor es que la única razón que ha podido motivar tal desaguisado es la económica. «Conseguir dinero de forma rápida, llevarse únicamente la cabeza carece de sentido», argumentó.