Edmundo Fayanas Escuer www.nuevatribuna.es 19/08/2016
Nace en el año 189 a. C. Sus padres son Publio Cornelio Escipión, el africano, famoso general vencedor de la Batalla de Zama contra Anibal durante la segunda guerra púnica y su madre Paula Emilia Tercia.
Las guerras púnicas fueron un gran drama demográfico para Roma, pues supusieron la desaparición de más del 6% de su población por la muerte en combates, la mayoría de este descenso eran hombres.
Cornelia se casó cuando tenía diecisiete años, en el año 172 a. C., poco después de la muerte de su padre, con Tiberio Graco, que era un conocidísimo general romano, veinte años mayor que ella. Su matrimonio fue muy feliz. Fruto de dicho matrimonio fueron doce hijos. Solamente tres llegaron a la edad adulta, los hombres Tiberio, Cayo y Sempronia.
Tiberio Graco pertenecía a la gens Sempronia, que era la rama más rica de esta familia. Cornelia se dedicó en cuerpo y alma al cuidado y educación de sus hijos, basado en el respeto a las tradiciones familiares, pero también recogiendo las nuevas tendencias que llegaban del mundo y cultura griega.
Cornelia era una mujer muy culta e inteligente, como destaca el escritor Plutarco que inculcó en sus hijos el amor por el prójimo basado en las ideas humanísticas helenísticas que defendían el apoyo a las clases populares. Destacaba su saber estar y su gran hospitalidad y se supo rodear de un grupo de hombres cultos y literatos.
Plutarco cuenta la historia de que dos pequeñas serpientes (macho y hembra) fueron halladas en el lecho matrimonial de Tiberio y Cornelia.
Al consultar a los augures, ellos dijeron que los dioses predecían la muerte de uno de los cónyuges, y que una de las serpientes debía ser sacrificada. Por ello, si mataban al macho, Tiberio moriría, y si mataban a la hembra, moriría su mujer.
Tiberio decidió matar al macho, pues consideraba que la vida de su joven esposa era mucho más valiosa que la suya. Así, Tiberio Sempronio Graco murió en el 150 a. C..
Cuando su marido falleció, tuvo muchísimos pretendientes, pero era una mujer casta y virtuosa y los rechazó a todos. Rechazó incluso el matrimonio con uno de los reyes más importantes del Mediterráneo como era Ptolomeo VIII Evergetes, faraón de Egipto.
Cornelia cuando enviudó decidió pasar el resto de su vida al cuidado exclusivamente de sus hijos vivos y al recuerdo de su único marido. Su hija Sempronia se casó con su primo Publio Cornelio Escipión Emiliano.
Cornelia fue conocida como la madre de los Graco: primero Tiberio Sempronio Graco y el segundo Cayo Sempronio Graco
Los hermanos Graco obtuvieron durante este periodo el cargo de tribuno de la plebe, desde cuya magistratura pudieron elaborar y proponer una serie de leyes que iban a favorecer a la plebe urbana, a los itálicos que no tenían la ciudadanía romana y a los caballeros que era la denominada orden ecuestre. Es decir, los hermanos Graco desarrollaron una política que intentaba beneficiar a las clases pobres romanas.
Estas leyes iban en detrimento de la clase aristocrática, denominados optimates que significa "bueno entre los buenos" y constituían la mayoría del Senado. Para hacer frente a esta política se organizaron dos partidos con intereses económicos y políticos.
El partido de los populares, que estaba encabezado por los hermanos Graco. Este partido sabía cuáles eran los verdaderos problemas que soportaba la República, planteándolos a través de los tribunos de la plebe y con el apoyo de los jefes militares cuyos ejércitos se encontraban en la condición de ciudadanos pobres. Recurrieron a la violencia en múltiples ocasiones como método de solución política.
Las demandas que plantea el partido de los populares eran:
- Distribución de tierras a la plebe urbana.
- Asentamiento de los soldados licenciados, en las colonias.
- Concesión de la ciudadanía romana a latinos e itálicos.
- Distribución de tierras a los soldados licenciados.
- Derecho de los caballeros a formar parte de los tribunales que juzgaban los delitos o abusos de los magistrados romanos contra los habitantes de las provincias.
El partido de los optimates estaba formado por la clase aristocrática o ciudadanos de los primeros órdenes. Tenían grandes intereses que defender, tanto políticos como económicos.
Los optimates reaccionaron violentamente ante las nuevas leyes presentadas por los populares a través de los hermanos Graco. A partir del año 121 a.C., se producen múltiples revueltas y enfrentamientos entre los dos partidos.
Tiberio Sempronio Graco propone la ley Rogatio Sempronia, en el año 133 a. C. Fue una ley que plantea una profunda reforma agraria. La ley de reparto de tierras o ley Sempronia estuvo bastante tiempo en vigor y permitió que la pequeña propiedad campesina se recuperara y aumentara la población capaz de servir en el Ejército. Uno de los puntos de esta ley estaba referido al ager publicus.
Para desarrollar la nueva ley, se constituyó un colegio de triunviros, elegido por el pueblo. Se encargaría de repartir los lotes de tierras y de recuperar las propiedades privadas adquiridas ilegalmente.
Los latifundios serían devueltos al Estado, convirtiéndose después en propiedades privadas. Sus nuevos dueños tendrían la obligación de emplear en ellas a hombres libres. El Estado pagaría el mismo precio que las arrendó, más un aumento en caso de que hubiese mejoras.
Las parcelas devueltas al Estado, se distribuirían entre los campesinos más pobres y necesitados, en parcelas de 5 o 6 hectáreas cada una, con la condición de no poderlas vender y de pagar un pequeño impuesto por ellas.
Por dicha ley ningún ciudadano podría poseer más de 124 hectáreas de agro público. Sin embargo, si tenía dos o más hijos, se podía llegar hasta las 250 hectáreas.
La reforma incluía que los ítalos pudieran tener el derecho de ciudadanía aspecto este muy importante, pues reportaba una serie de derechos y ventajas. Incluía una serie de cambios que permitía al grupo social de los caballeros tener acceso a los tribunales.
Tiberio Sempronio Graco murió asesinado a golpes el día que se presentaba a un nuevo mandato. Un grupo de exaltados senadores y hombres armados, encabezados por Escipión Nasica, masacró entre 200 y 300 seguidores de los Graco con mazas y estacas, en el espacio abierto entre los templos del Capitolio. Tiberio murió de un mazazo en la nuca. Su cuerpo fue arrojado al Tíber, negándosele toda sepultura
Cayo Sempronio Graco es hermano menor de Tiberio Sempronio Graco. En el año 123 a. C., fue elegido también tribuno de la plebe. Cayo llevó adelante y con buena mano la aplicación de las leyes, que su hermano había propuesto. Volvió a lanzar la reforma agraria introduciendo pequeñas reformas. Éstas son las reformas que plantea Cayo.
Se paran las restituciones del ager publicus y se verifica un nuevo reparto de tierras. Se crean nuevas colonias en Italia y en Cartago. Estas nuevas colonias nunca fueron entendidas y aceptadas por la clase senatorial, puesto que nunca antes Roma había fundado colonias fuera del territorio itálico.
La colonia de Cartago se creó mediante la ley Rubria. Siendo ésta abolida en el año 121 a. C., creando así una situación difícil y confusa para los colonos. Posteriormente fue Julio César quien retomaría la colonización.
Prometió a los soldados que su equipamiento militar sería asumido por el Estado. Anteriormente los soldados se debían pagar sus pertrechos e incluso aportar las armas. Cayo Sempronio Graco aprobó leyes para mejorar el servicio militar y construyó nuevas carreteras para favorecer la marcha de los soldados en campaña.
Puso en marcha una nueva ley, la Ley Annona. Este sistema era muy conocido en el mundo griego pero era una novedad en Roma. Esta ley fija un precio para el trigo, estableciendo una cantidad de trigo por mes (43,5 litros) y se subvencionaba el trigo para los ciudadanos romanos más pobres. La ley fue una medida muy acertada, lo que permitía llevar una vida más digna a las clases pobres. Esta ley fue posteriormente seguida por el general Cayo Mario con gran éxito, lo mismo que el propio Julio César.
Abolió la ley Calpurnia del 149 a. C., rompiendo el monopolio del Senado en los asuntos de los tribunales. Introdujo la paridad de éstos con los caballeros, lo que levantó fuertes protestas entre la aristocracia romana.
Cayo cometió el error de querer perpetuarse en el poder como tribuno de la plebe. Esto hace que el Senado se ponga en su contra. El Senado actuó con la estrategia de aconsejar al otro tribuno de la plebe Livio Druso que se opusiera, otorgando en caso de gran peligro, el Senado daba plenos poderes a los cónsules.
El Senado romano autorizó al cónsul Lucio Opimio para que tomase medidas ya fueran dentro o fuera de la ley, para terminar con la política seguida por Cayo Sempronio Graco.
Debido a esta decisión del Senado, muchos de los seguidores de Cayo fueron asesinados, calculándose que fueron más de tres mil de sus partidarios los asesinados. El mismo Cayo se suicidó o mandó a uno de sus esclavos que le diera muerte en el bosque Furrina, en las laderas del monte Janículo de Roma.
Tales hechos se consideran muy graves en la historia de Roma. Según la tradición y la ley romana, se cometía sacrilegio cuando se tocaba a un tribuno de la plebe y se prohibía dar muerte a cualquier ciudadano romano antes de que éste pudiera recurrir al pueblo.
Esto es un ejemplo muy claro, de cómo el poder debe ser detentado siempre por las clases privilegiadas y éstas llevan mal cualquier otra alternativa política diferente.
Tras la muerte de Cayo Graco, se prohibió a los parientes del tribuno llevar luto. Al conocer la prohibición, Cornelia compareció ante las puertas del Senado, vestida de riguroso luto y con un platillo en la mano, como suplicante, para reclamar el cadáver de su hijo Cayo y, así, poder sepultarlo.
Cornelia vistió riguroso luto desde ese momento hasta su muerte. Se dice que, tras el asesinato de Cayo, Cornelia envenenó a su sobrino, Escipión Emiliano, responsable directo de la muerte de su primo Cayo.
El programa de nuevas leyes de los hermanos Graco era en sí mismo bueno para Roma y para su evolución en la historia. Fracasó debido a la reacción aristocrática que actuó con brutalidad al ver sus privilegios amenazados.
Cornélia fue conocida como la “madre de los gracos” sobre todo durante las revueltas que provocaron las reformas que sus hijos quisieron llevar a cabo en el senado romano.
Durante los años de lucha de sus hijos, Cornília defendió como una leona su causa y trabajó para ganarse partidarios.
Era práctica habitual que las patricias hicieran ostentación de sus joyas, mientras que Cornélia no lo hacía. Ella mostraba a sus hijos como sus auténticas joyas y decía “ He aquí mis joyas”.
Tras la muerte de la mayor parte de los miembros de su familia, Cornelia decidió retirarse a vivir a una villa de Miseno, alejada de Roma. Se dedicó al estudio del griego, el latín y la filosofía. Fue convertida en el símbolo de la matrona romana, esposa y madre ejemplar Cornélia recibía con gran hospitalidad a hombres cultos y mujeres que admiraron su valor.
La pérdida de sus últimos dos hijos no cambió en absoluto a Cornelia. Ella formó una corte de intelectuales y artistas. Plutarco cuenta que era capaz de narrar con toda tranquilidad las hazañas de su padre y de sus hijos, sin llorar por ellos, como si estuviera hablando de héroes mitológicos. Allí murió pacíficamente en el 100 a. C.
Para honrarla, el Senado le levantó una estatua en el Foro Romano, un honor inédito para una mujer romana en el período republicano (más adelante, bajo el Imperio, fue común que las mujeres de los emperadores recibieran ese honor). Era la primera vez que se daba ese privilegio a una mujer. En el epígrafe de la base se puede leer: “Cornelia, hija del Africano y madre de los Gracos”.
Cornélia es una de las cuatro mujeres romanas cuyos escritos han sobrevivido hasta nuestros días. Hay dos fragmentos de una carta escrita por ella a su hijo Cayo Graco. Sin embargo algunos autores no aceptan su autenticidad.
En esta carta se documenta cómo las mujeres romanas ejercían una influencia considerable en la política familiar. Los fragmentos se conservan en los manuscritos de Cornelio Nepote, el primer biógrafo latino (Ca. 110-24 a. C.)
El texto comenzaba así:
”Tú dirás que es una cosa hermosa vengarse de los enemigos. Para nadie que lo haga puede dañar a su país a cambio”