Salamanca | EFE 07/05/2008
Acercarse a la trascendencia histórica, vital y artística de la erupción del volcán Vesubio (año 79 d.c) sobre las ciudades de Pompeya y Herculano, es desde hoy posible en Salamanca a través de una muestra de objetos originales de la época que permiten al visitante trasladarse hasta el antes y el después de ambas ciudades.
El montaje «Pompeya y Herculano a la sombra del Vesubio», que se expone en la Sala de San Eloy de Caja Duero, sumerge al espectador en una época histórica en la que dos florecientes ciudades quedaron sepultadas por la fuerza de la naturaleza, según ha explicado en comisario de la muestra Albert Ribas.
Recorrer las dependencias de una casa del Imperio Romano del siglo I, conocer sus formas de vida, sus ajuares o los utensilios domésticos, es la cara amable de este montaje que permite además palpar el sufrimiento y la desolación de los ciudadanos romanos ante la erupción del volcán.
«Desde las mismas entrañas de Pompeya», añade Ribas, «se pretende dar a conocer más exhaustivamente una parte mitológica de nuestra Historia». Para ello, Salamanca expone una selección de importantes piezas originales cedidas por el Museo Arqueológico de Pompeya, el Observatorio Vesubiano o el Museo de Nápoles, entre otras instituciones.
La muestra se encuentra dividida en tres grandes bloques y un preámbulo que introduce al visitante en la historia de la Roma del momento, como potencia mundial, además de una explicación de la erupción volcánica y sus consecuencias en la zona. Un «túnel del tiempo» introduce al primer apartado, en una sala que rememora el descubrimiento de la ciudad de Pompeya, con documentos de la época sobre las excavaciones.
El tema central de la sala está presidido por tres «calcos», realizados con la técnica de Fiorelli, y consistente en rellenar con yeso líquido el hueco que habían dejado en la capa de ceniza de la erupción los cuerpos de personas o animales, por lo que se consigue la huella exacta del individuo o del objeto. Gracias a esta técnica se presentan tres figuras, de una mujer, un joven y un hombre; en las posiciones en las que murieron sepultados por la ceniza o la lava.
La segunda sala está dedicada al mundo de la cultura romana y a sus diversas manifestaciones, con pinturas, grabados y utensilios decorativos de la época. La casa y los objetos domésticos conforman la tercera y última sala en la que se encuentra divida esta exposición auspiciada por Caja Duero.
Entre las piezas más destacadas que se muestran en Salamanca se encuentra una estufa-calientacomidas «de gran belleza», según el comisario del montaje, así como espumaderas, cazos o un brasero con trípode.
La muestra recibe y despide al visitante con una estatua funeraria femenina del siglo I a.C. enmarcada en una gran fotografía del mar mediterráneo. Una «gran exposición», en palabras del director de la Obra Social de Caja Duero, Antonio Sánchez Puerto, que permanecerá en Salamanca del 7 de mayo y hasta el 29 de junio.