Alejandro Pastor del Castillo | Madrid 08/10/2012
Estimado Sr. Wert:
Tras la lectura del anteproyecto de la ley de educación (LOMCE), me he quedado consternado al ver el trato que se le da a unas materias tan importantes como lo son las Humanidades.
El anteproyecto de la LOMCE elimina la Cultura Clásica de la ESO; el Griego parece que queda como una asignatura de un sólo año y optativa de Modalidad de oferta no obligatoria para los centros, lo que implicaría su casi desaparición. El Latín, a día de hoy, queda igual.
¿Y qué pasó con el Latín de 4º de ESO? Antes del verano todo apuntaba a que sería materia obligatoria para todos los alumnos de 4º de ESO. Así lo informaban muchos medios, pero el anteproyecto dice otra cosa: es optativa a la Biología.
Ante este panorama, quiero mostrar mi rechazo a esta costumbre adquirida en España desde hace 40 años de atacar e ir eliminando las materias humanísticas de nuestras enseñanzas básicas con cada reforma educativa.
El mundo occidental, Sr. Wert, tiene sus raíces en la Grecia antigua, una civilización increíblemente jugosa en pensamiento, en ciencia, en arte, en lengua, e, incluso, en ocio. Tal fue el desarrollo de las póleis griegas que propiciaron el nacimiento de las ciencias y la tecnología modernas.
Pero ahí no queda todo.
¿Sabe usted, Sr. Wert, que somos muchísimos los profesionales de la Filología Clásica los que año tras año, sin contar con más recursos que nuestros conocimientos y nuestra imaginación, hemos ido levantando en nuestras clases pasiones por el Antigüedad Grecorromana? Y el 99% de estos alumnos apasionados jamás estudiará Filología Clásica. No. No necesitamos a tantos. Pero, le aseguro, que llegan a sus bachilleratos de Ciencias o de Letras agradecidos de recibir dichos conocimientos.
¿Sabe usted, Sr. Wert, que hemos sido los propios profesionales de la Filología Clásica los que hemos creado y sostenido únicamente con nuestra ilusión los numerosos Festivales de Teatro Grecolatino y Jornadas de Cultura Clásica que se celebran sí o sí por toda España? Vaya a Segóbriga, a Madrid, a Mérida, a Sagunto, a Sevilla, a Córdoba, a Barcelona, a Tarraco, a Lugo, a Asturias, a Cádiz, a Málaga, a Valladolid. Vaya y disfrute viendo a nuestros alumnos paseando con sus mochilas por las calles de Itálica y sentados en la cavea del teatro de Mérida; disfrute viéndolos en Segóbriga reír por la mañana con Lisístrata y, por la tarde, en Tarancón, llorar con Edipo; disfrute viéndolos boquiabiertos ante los mosaicos de Carranque o ante la colección de ajuares que custodia el museo de Almenara. ¿No los ha visto? Yo sí. Los he visto muchas veces. Todos los años. Este espectáculo usted se lo ha perdido, pero, por favor, no haga que nos lo perdamos también nosotros. La enseñanza es una profesión muy dura y ver disfrutar así a nuestros alumnos nos da esa motivación que no se nos da desde las instituciones.
¿Sabe usted, Sr. Wert, que somos los profesionales de la Filología Clásica de los institutos y colegios los que más integramos las TIC en las aulas, los que más blog generamos en internet, los que más recurrimos a medios audiovisuales y los que más exigimos a nuestros alumnos saber usar los programas informáticos porque, como siempre les decimos, son indispensables para el futuro? ¿No lo sabía? Sí, Sr. Wert, la Cultura Clásica y el Griego, esas asignaturas que desaparecerán si no se rectifica la LOMCE, unen antigüedad y modernidad.
¿Sabe usted, Sr. Wert, que somos los profesionales de la Filología Clásica quienes enseñamos a los alumnos de Ciencias que optan por la Cultura Clásica, el origen de las ciencias y la técnica en occidente y la creación de todo el vocabulario técnico y científico que, como todos sabemos, es de origen griego y latino?
¿Sabe usted, Sr. Wert, que somos los profesionales de la Filología Clásica quienes, a través de la mitología, ponemos los cimientos para que nuestros alumnos entiendan la filosofía, la pintura, la arquitectura, la escultura, la literatura, en una palabra: el Arte?
¿Sabe usted, Sr. Wert, que los profesionales de la Filología Clásica de nuestras universidades cuentan a nivel mundial con un prestigio y reconocimiento tales que son invitados a ponencias y congresos por Europa y América?
Y, por último, ¿sabe usted, Sr. Wert, que es este amor por el mundo grecorromano lo que nos ha llevado a muchos de nosotros a cambiar la clásica metodología del latín y a aprender a hablar latín para impartir nuestras clases en latín? ¿Sabe usted que en muchos centros del territorio nacional la lengua vehicular de las clases de latín es el propio latín y que los alumnos de 15 y 16 años siguen la clase a la perfección y usan esta lengua activamente en clase? ¿No lo sabe, Sr. Wert? Yo lo invito a que un día venga media hora a mi colegio y vea a mis alumnos de 4º de ESO o de 1º de Bachillerato hablando en latín sobre la constitución del Imperio Romano o explicándoles a sus compañeros la composición de una familia romana, por ejemplo. Venga a verlo, está invitado a esto y, obviamente, a un café. Sí, lo sé, ¿hablar latín para qué? Externamente, para nada; internamente, les crea seguridad, satisfacción y, sobre todo, la motivación de verse capaces de algo que antes ni se imaginaban. ¡Éste es nuestro verdadero trabajo!
¿Por qué este empeño, Sr. Wert, por destruir esto que funciona tan bien y que tanto nos ha costado construir?
Quiero apelar a su comprensión y pedirle que, como hasta ahora, se mantengan en la ESO y el Bachillerato las humanidades clásicas: la Cultura Clásica, el Latín y el Griego.
Por eso, le ruego tenga a bien rectificar el trato que da la LOMCE a las Humanidades, y, por el respeto que le tengo, hágase el favor de no pasar a la historia como el ministro que ha eliminado las Humanidades de nuestro sistema educativo.
Reciba un afectuoso saludo,
Alejandro Pastor del Castillo