Ciudad del Vaticano (Roma) www.informador.com.mx 13/07/2010

Los turistas finalmente podrán entrar y disfrutar de un verdadero viaje a través del tiempo y la historia.

Siglos de historia romana fueron rescatados por arqueólogos italianos, gracias a una campaña de excavaciones arqueológicas en el ‘Carcer-Tullianum’, antigua cárcel donde, según la tradición, fue retenido San Pedro.

Ubicado en pleno centro de Roma, en el corazón del antiguo Foro Romano, el complejo arquitectónico -que a lo largo de su existencia fue utilizado con diversas finalidades- aún sobrevive en el subsuelo de una iglesia del siglo XVI, la de San José de los carpinteros.

Tras la restauración, peregrinos, fieles cristianos y turistas podrán entrar en un verdadero ‘viaje en el tiempo’ ayudados por un recorrido multimedia y visitas especialmente diseñadas por la agencia de viajes del Vaticano, la Obra Romana de las Peregrinaciones.

Las excavaciones, que duraron unos 10 meses y costaron 140 mil euros (unos 177 mil dólares), sacaron a la luz la original forma circular de la cárcel, un foso de siete metros de diámetro y construido en piedra donde eran encerrados los enemigos del Estado romano.

En esa prisión fueron recluidos, entre otros, el rey de Numidia, Giugurta, en el año 104 a.C.; el rey de los Galos, Vercingetorige, en el 60 a.C., el prefecto del emperador Tiberio, Seian, en el año 31, o Simone de Giora, defensor de Jerusalén, en el 70.

Según los reportes históricos, el foso, entonces ubicado a 12 pies bajo tierra, estaba dedicado a los personajes extranjeros y no a los prisioneros locales, quienes eran destinados a otros espacios de reclusión.

Sobre la real detención de San Pedro, el sucesor de Jesús al frente de la Iglesia, y San Pablo, el ‘apóstol de los gentiles’, en el Carcer-Tullianum, la arqueóloga de la Superintendencia Especial de Roma y participante en la restauración, Patricia Fortini, dejó abierta la posibilidad.

‘No existe alguna prueba concreta que el apóstol haya sido encarcelado efectivamente, pero existe una continuidad de culto muy fuerte que induce a pensar que efectivamente pueda haber transitado aquí’, dijo.

De hecho, durante las excavaciones fueron recuperados varios frescos que datan de los siglos VI y VII, que confirman la antiguedad del culto a San Pedro, en particular uno que muestra a Cristo con sus manos sobre la espalda del discípulo mientras lo mira intensamente y le sonríe.

Otro elemento que refuerza la teoría del paso del discípulo por la mazmorra es la presencia, en el pavimento original, de un pequeño agujero, del cual surge a la superficie un manantial de agua subterránea.

Según los cristianos la presencia del agua se explicaría con los relatos sobre la detención de Pedro, quien habría logrado convertir a sus propios carceleros, a quienes habría bautizado con el agua de un pozo milagrosamente aparecido tras haber trazado en el suelo el signo de la cruz.

‘El manantial debía tener un valor muy fuerte y encerrar a los enemigos allí dentro era evidentemente considerado como ponerlos en contacto con el más allá, una suerte de conjunción entre el cielo y la Tierra’, explicó Fortini.

‘Por tanto –añadió-, la eventual decisión de encerrar a San Pedro pudo haber tenido su importancia a nivel simbólico. Pero la cosa más interesante es que el agua continuó a surgir por siglos y ha constituido un elemento clave del monumento’.

La Obra Romana de las Peregrinaciones ofrecerá a partir de ahora a los peregrinos que visitan la Basílica de San Pedro un recorrido especial, que completará su experiencia religiosa con un paseo por la mazmorra donde, según la tradición, residió el primer Papa.