Álvaro Soto | Madrid www.diariovasco.com 24/11/2012
Los dos galos más famosos regresan a las islas, esta vez gracias al cine. El cómic en el que recorrieron ‘Bretaña’ abordaba de forma divertida todos los tópicos británicos.
Con lo difícil que debía de resultar viajar en el siglo I a. C. (y más si tu aldea estaba rodeada de centurias romanas), Astérix y Obélix se las ingeniaron para recorrer medio mundo, o el mundo entero conocido en la época. El choque cultural entre los dos galos más famosos y los destinos turísticos en los que transcurren sus aventuras es uno de los hilos conductores de sus historias. La clarividente sentencia de Obélix «están locos estos romanos» tiene su extrapolación en casi todos los comics, ya sea para referirse a los españoles, a los egipcios o a los indios.
La película ‘Astérix y Obélix al servicio de su majestad’, que se estrena en los cines este viernes día 30, da pie para recordar el viaje de los dos personajes de Goscinny y Uderzo a Gran Bretaña, narrado en uno de los libros más divertidos de la saga (por lo menos para los anglófilos), ‘Astérix en Bretaña’.
Casi uno por uno, en ‘Astérix en Bretaña’ se abordan todos los tópicos que tienen algo que ver con los británicos. Y pese al desfase temporal (problemas de raccord, dirían en el cine), nada resulta extraño, nada chirría. Es decir, lo que contemplan Astérix y Obélix en los británicos del siglo I antes de Cristo (su extremada educación, rayana la frialdad; su respeto por las costumbres; su flema, incluso en las situaciones más peliagudas) podría ser lo que ocurría en realidad, si nos atenemos a lo que se sabe 2.050 años después. Si non é vero…
Así, aunque estén en plena batalla contra los romanos, los británicos paran para tomar «el agua hervida» a las cinco en punto de la tarde. Buentórax (primo de Astérix), jefe de la aldea británica de Cantium, es un excelente remero que se ha educado en la tribu de Cambridge. Además, viste prendas de tweed, algo obvio en cualquier miembro de la alta sociedad.
Y no solo eso. En su recorrido por las tierras de Bretaña, Astérix y Obélix se montan en un carro que circula por la izquierda. «Sois vosotros los que conducís mal», constata Buentórax, un visionario que augura que alguna vez existirá un túnel que conecte la Galia con su país, «aunque es un proyecto que va para largo», explica. Como así fue: la primera vez que alguien habló de un Eurotúnel, aparte de Buentórax, se entiende, fue en !1802! Sin embargo, los autobuses de Londinium de aquella época ya tenían dos pisos y eran rojos y quienes se portaban mal, como le ocurre a Astérix, acababan encerrados en la Torre de Londres, la más famosa prisión de todas las islas.
En ‘Astérix en Bretaña’, además, hay dos deliciosos guiños a la cultura popular británica. Por ejemplo: aparecen los Beatles. Sí, son el equivalente a los bardos galos, pero en plan estrella. Mientras Asuranceturix, el músico del arpa, tiene que lidiar con el rechazo unánime que genera entre sus paisanos, los Beatles no dejan de firmar autógrafos, con las groupies como locas a su alrededor.
Pero es que también Astérix y Obélix se ven en medio de un partido de ‘camulodunum’, es decir, rugby. El Torneo 5 Naciones se convierte en el 5 Tribus y Obélix demuestra ser un hacha en este deporte bárbaro. Tanto que concluye: «Deberíamos exportarlo a la Galia». Y el deseo del grandullón se cumplió: la Galia es ahora, dos milenios después, una de las grandes potencias mundiales del rugby.