Verónica Becerril | Roma www.abc.es 29/11/2009
¿Sabe que es posible pisar las mismas losas sobre las que mataron a Julio César? La mayoría de los transeuntes —igual romanos que extranjeros— caminan por la zona arqueológica de Torre Argentina sin prestar la menor importancia al área. Sólo algún amante de los felinos se detiene a fotografiar a los gatos que por aquí dormitan a sus anchas sobre la historia de la humanidad.
César fue asesinado precisamente en este lugar, en Torre Argentina, que hoy se extiende indiferente ante el caótico tráfico romano. Como explica a ABC la arqueóloga Marina Mattei, aquí se alzaban varios edificios hasta que Mussolini escogió el lugar para construir su nueva casa. Cuando el dictador fascista hizo demoler los edificios de la zona, emergieron a la superficie la parte superior de tres columnas. El arquitecto de Mussolini convenció entonces al mandatario para que preservase los cuatro templos que acoge el área.
Desde un mirador en lo alto hoy se adivina la silueta de los cuatro templos. Desde aquí los ojos de los pocos espectadores que se detienen en la zona intentan delinear los que fueron muros, escaleras, frisos y columnas. Y precisamente para facilitar la comprensión de este histórico lugar, el ayuntamiento de Roma ha ideado un proyecto por el que dentro de dos años se podrán visitar las entrañas del área. Entonces descubrirán los atareados romanos que, detrás del templo circular, a la altura de la parada del autobús y bajo los pies de los impacientes viajeros, se encuentra el lugar exacto en el que asesinaron a César con 23 puñaladas.
Aunque éste no es el único hallazgo. Bajo el mismo templo se extiende también una pequeña rampa que se hunde en el subsuelo. Aquí los arqueólogos encontraron la cabeza de la diosa Fortuna Huiusce Diei, es decir, la Fortuna de los Días Presentes, a quien el cónsul Quinto Lutazio Catulo consagró la batalla de Vercelli, que puso fin a la guerra contra los cimbros.
Este lugar mágico caído en el olvido era el centro de reunión de las personalidades más importantes de la república, lugar de sacrificios y oración. Los arqueólogos no tienen la certeza de cuáles eran las divinidades adoradas en estos templos, aunque se especula con la diosa de la fertilidad, Feronia, o la ninfa de las fuentes, Juturna.
Torre Argentina no es la única zona arqueológica de Roma que abrirá por vez primera sus puertas al gran público. El ayuntamiento de la capital ha aprobado el proyecto «Roma secreta de la A a la Z», en el que se estudia la reapertura de 21 áreas arqueológicas desconocidas para los amantes de la historia. Saldrán así del olvido la villa de Plinio el Viejo, varios mausoleos, el teatro de Marcello, y el auditorio de Mecenate, podrán abrir sus puertas por primera vez para salir del olvido.
La capital del Imperio sigue descubriendo «joyas» bajo tierra. Aunque en no pocos casos, como en la ampliación del metro de Roma, esos tesoros arqueológicos terminan convirtiéndose en engorroso problema. La ventaja es que las futuras paradas de metro previstas para 2015 albergarán también su respectivo pequeño museo arqueólogico rescatado al subsuelo.