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05/01/2005

Juan Vicente Boo/Roma ● www.diariosur.es

«Hollywood es capaz de convertir a Homero en hamburguesas»
Valerio Manfredi, escritor, autor del libro 'Alexandros'.

El escritor afirma que la visión de Oliver Stone sobre el héroe «es unilateral» Firma el guión de 'Memorias de Adriano', que protagonizará Antonio Banderas.

Como arqueólogo de verdad, el autor de la trilogía 'Alexandros' considera muy limitada y parcial la película de Oliver Stone, aunque sea menos desastrosa que 'Troya' y menos simplista que 'Gladiator'. Valerio Massimo Manfredi, autor de docenas de 'best- sellers' histórico-arqueológicos, diagnostica el problema de fondo: ni Hollywood ni América son capaces de entender los genios de la antigüedad.

-¿Qué le parece la película de Oliver Stone 'Alejandro'?

-Por el momento, he visto sólo el guión, que, por desgracia, no me gusta. A pesar de que lo haya hecho Robin Lane Fox, amigo mío y quizás el mayor experto en Alejandro Magno hoy en día. Pero el guión resulta unilateral, es tan sólo un único punto de vista.

-La película ha creado polémica por subrayar la bisexualidad del héroe macedonio. ¿Era importante este aspecto en su vida?

-No. Alejandro nunca dio mucha importancia al sexo, a pesar de que Hefestión era más que un amigo. Tuvo relaciones con muchas mujeres y amantes, dos esposas, hijos Era un hombre de su tiempo y, en aquel entonces, los muchachos que crecían juntos y llevaban una vida intensa podían desarrollar una sexualidad de ese tipo. En la antigua Grecia, la homosexualidad moderada no tenía connotaciones negativas, dentro de unos límites.

-¿Qué limites?

-Había una tolerancia respecto a la homosexualidad, pero eso no significa que se aceptase todo. En la cultura griega la sodomía era un comportamiento despreciable, infamante. Usaban muchos términos peyorativos y groseros para el homosexual pasivo, que conocemos por la comedia y el teatro. En cambio se toleraba al hombre que asumía la parte activa. Incluso en el mundo romano, la intervención activa no era considerada una carencia de virilidad. El caso más conocido era la relación entre el emperador Adriano y Antinoo, un joven de rasgos andróginos.

-En Estados Unidos, las críticas a 'Alejandro' han sido fuertes y han tenido impacto en la taquilla.

-La parte que ha reaccionado en contra es la que lleva hoy la voz cantante: la América rural, profunda, donde sopla el viento fundamentalista, y que ha reelegido a George Bush. 'Gladiator' fue un éxito porque Maximus era un hombre de familia. Era una persona que da seguridad. Alejandro, en cambio, es un personaje inquietante.

-¿Y qué le ha parecido 'Troya'?

-No me ha gustado en absoluto, a pesar de que algunas escenas eran fascinantes, como los gritos de Aquiles, solo frente a la ciudad, cuando desafía a Héctor. Pero en esa película falta el alma. Es una mera operación de marketing, que humilla a Homero. Hollywood es capaz de coger a Homero y convertirlo en hamburguesas. Ha sido otra gran ocasión perdida.

-¿Por qué no consigue Hollywood retratar a grandes personajes?

-Porque no los conocen ni tienen sensibilidad. Y también porque no les importa. Cuando los americanos representan el mundo que ellos conocen, o el del futuro como en 'Matrix', realizan auténticas obras maestras. Las películas como 'Alejandro' tendríamos que hacerlas los europeos, que somos los depositarios de esa civilización.

-¿Cuáles eran los rasgos principales de Alejandro Magno?

-Era un hombre que pensaba en grande. Que tenía a sus espaldas dos gigantes -su padre, Filipo de Macedonia, y su maestro, Aristóteles-, pero consiguió no ser ni Filipo ni Aristóteles sino Alejandro. De esas raíces toma lo que necesita para crear un mundo nuevo. Alejandro se daba cuenta de la inmensidad del planeta. Consideraba que Grecia debería ser el fermento de esa humanidad y por eso lo difunde por todas partes, fundando 72 ciudades, pero aceptando las formas locales. Sobreponía esos aspectos a una raíz de guerrero despiadado, exterminador. Alejandro era un caso de humanidad titánica.

-Además de los 'best-sellers' y de sus clases de Arqueología en la Universidad de Milán, usted divulga la historia antigua a través del cine. ¿En qué proyectos está trabajando?

-He escrito el guión para las 'Memorias de Adriano', de Marguerite Yourcenar, que dirigirá John Boorman y que interpretará Antonio Banderas. Esperamos comenzar a rodar este año.

-¿Sugirió usted a Banderas?

-Yo había pensado en Richard Gere porque se parece físicamente a Adriano, pero Antonio Banderas es un gran actor, con una gran presencia física, que interpreta de modo brillante. Es un actor de gran calibre, de gran seriedad, y estoy contentísimo. Me han dicho que ha aceptado un pago inferior al suyo habitual por amor al personaje, que era español como él.

-No es fácil convertir en guión un libro tan intimista y complejo...

-De hecho, abandoné el intento varias veces pero, al final, me convenció mi mujer. Será una película con contenido, no un 'Gladiator'. Adriano era un personaje complejo, de gran envergadura intelectual, con relaciones humanas difíciles de representar. Pero era, sobre todo, un hombre clarividente, cuya proyección política domina el medio siglo posterior, el de apogeo del Imperio.

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