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Muros
reventados
y suelos
inundados
en los
restos
de lo
que fue
una zona
de
tiendas
de la
antigua
ciudad
romana.
La
imagen
la tomó
ayer el
catedrático
zaragozano
Manuel
Martín
Bueno |
El
director
de las
excavaciones,
Manuel
Martín
Bueno,
calificó
de
«desolador»
el estado
del
yacimiento,
en el que
trabaja
desde hace
treinta
años
CALATAYUD.
Las
lluvias
torrenciales
que
descargaron
sobre
Calatayud
el jueves
y que
inundaron
el casco
urbano de
la ciudad
también
han dejado
graves
daños en
el
yacimiento
arqueológico
de
Bílbilis,
situado en
este mismo
término
municipal.
La
Bílbilis
romana se
asentó
sobre el
cerro de
Bámbola,
en un
alto. Sin
embargo,
la acusada
pendiente
y el paso
de los
siglos han
acentuado
las
escorrentías
propias a
todo
terreno
inclinado,
así que en
caso de
lluvias
torrenciales
los
efectos se
notan con
claridad.
El jueves
cayeron en
esta zona
más de 40
litros por
metro
cuadrado
en media
hora y
Bílbilis
se llenó
de
cascadas y
riachuelos.
El
director
de las
excavaciones,
Manuel
Martín
Bueno,
afirmaba
ayer que
el
resultado
«ha sido
desolador».
«En los
treinta
años que
llevo
trabajando
en el
yacimiento
no he
visto nada
semejante»,
explicó.
Vio en
directo
cómo el
agua se
llevaba el
trabajo de
varios
años de
excavaciones.
Él estaba
en el
yacimiento
junto a
otros
arqueólogos.
Bílbilis
es
conocido
entre los
especialistas,
entre
otros
detalles,
por su
peculiar
orografía,
ya que es
poco usual
que en
época
romana se
construyeran
ciudades
en
pendientes
tan
pronunciadas,
lo que
obligó a
diseñar un
casco
urbano
aterrazado.
Y también
es
valorado
este
yacimiento,
porque es
igualmente
inusual
que en la
Península
Ibérica
haya
ciudades
en las que
se
encuentren
restos de
pinturas
murales,
decorativas,
del
segundo,
tercer y
cuarto
estilos
pompeyanos.
Lo más
habitual
es que
existan
del
tercero y
cuarto. El
segundo
estilo
remonta el
origen de
las
pinturas a
finales
del siglo
II antes
de Cristo
y en
Bílbilis
las hubo.
Pinturas y
pavimentos
La tromba
de agua
reventó
«muros que
han
aguantado
2.000
años,
indicó,
muros que
construyeron
los
romanos y
que luego
se
reaprovecharon
a lo largo
de la
historia»
para usos
agropecuarios
en ese
cerro.
También se
han
producido
importantes
inundaciones
en varias
zonas de
casas que
se han ido
excavando
en los
últimos
años,
algunas en
la campaña
de
investigación
que se ha
desarrollado
este mismo
verano.
Eso va a
afectar
directamente
a restos
de suelos,
hechos con
argamasas
coloreadas.
Martín
Bueno
explicó
que en una
de las
zonas
recién
excavadas,
donde
estaban
apareciendo
múltiples
elementos
decorativos
en muros,
se han
producido
desprendimientos
y ayer los
arqueólogos
recogieron
fragmentos
de
pinturas.
En la zona
de las
termas se
desplomó
también un
tramo de
unos
cuatro
metros de
un muro
que tenía
pinturas
decorativas.
Este
catedrático
ha
subrayado
que el
trabajo
que queda
por
delante
«es
tremendo y
durará
tiempo».